Mayo 2015

Durante años, Carolina del Norte ha estado a la vanguardia a la hora de adoptar medidas que mejoren la seguridad en las carreteras, desde licencias graduadas para conductores novatos, hasta prohibir texting e imponer requisitos estrictos para el transporte de niños. Pero hasta ahora se había ignorado una sencilla medida: asegurar que todos los conductores tengan una licencia, sea cual sea su situación como inmigrantes.

Los beneficios se percibirían en la seguridad pública, al tiempo que serviría de incentivo económico para trabajadores y empleadores. Cada vez más estados —12 en 2013— han ido adoptando esta sencilla política, y han descubierto que los costos adicionales para el estado son módicos o inexistentes y que entre los beneficios se encuentran una economía y una sociedad más inclusivas.